Albóndigas de boniato en freidora de aire

El bodegón de otoño lo componen las granadas, los cítricos, las castañas, las coles… y el ingrediente principal de esta receta: la batata. Todos ellos alimentos de temporada que nutren al organismo de sustancias esenciales en esta época del año.
La batata, boniato o camote, es un tubérculo que se obtiene de la planta del mismo nombre.
Existen más de 400 variedades de batata que se diferencian tanto por el color de su piel y de la carne, como por su nivel de dulzor y textura. Siendo las variedades de color naranja intenso, sustancialmente más dulces. Dato interesante según el tipo de plato que queramos elaborar; platos salados, agridulces o postres.
Las tenemos de temporada los meses de octubre y noviembre, aunque se puede conservar largo tiempo fuera de la nevera para evitar que el frío deteriore sus propiedades organolépticas (sabor, textura, olor…); tanto envueltos en una bolsa perforada al resguardo de la luz, como en un recipiente hermético.
Nutricionalmente destacan por su contenido en hidratos de carbono, potasio, beta-carotenos (responsables de su color) y vitamina C, aunque ésta última se pierde en gran parte durante el proceso de cocción.
Una vez presentado, vamos con la receta.
Albóndigas de boniato en freidora de aire
- Ingredientes (7-8 unidades):
220g de boniato asado
100g de copos de avena
1 cebolla o cebolleta fresca
Una pizca de sal
Pimienta recién molida
2 cucharadas de aceite de oliva virgen
Semillas de sésamo
Especias al gusto: comino, cúrcuma, jengibre…
Para la salsa: tomate natural pelado, zanahoria y cebolleta fresca.
- Elaboración:
En primer lugar lavamos y cortamos la cebolla en juliana (trozos pequeños y homogéneos), yo suelo usar con más frecuencia cebolleta fresca. Calentamos el aceite de oliva en una sartén, añadimos la cebolla picada con una pizca de sal y cocinamos hasta que esté transparente.
Mientras se pocha la cebolla, molemos los copos de avena. Podemos hacerlo en un molinillo de café o robot de cocina, por ejemplo; esos suelen ser mis dos recursos para hacer harinas a partir de cereales.
En un bol aparte, chafamos el boniato asado con un tenedor e incorporamos el resto de ingredientes: la cebolla pochada, la harina de avena y las especias al gusto. Este es el momento de mancharnos las manos, toca darle forma a las albóndigas. Importante que todas sean del mismo tamaño.
Si te gusta la idea, puedes «rebozar» las albóndigas en semillas de sésamo; una vez horneadas dan un toque muy especial.
Para cocinarlas he usado la freidora de aire, pero también se podrían hacer en el horno.
Tiempo: 20´
Temperatura: 200ºC
Para acompañar las albóndigas improvisé una salsa con lo que tenía: una lata de tomates pelados en conserva, 1 cebolleta y 1 zanahoria grande. Simplemente poché la cebolleta, añadí la zanahoria cortada en trozos pequeños y, por último, incorporé el tomate. Salpimentar y listo. No sé el tiempo exacto que estuvo «chup chup», cuando redujo la salsa incorporé las albóndigas y cociné todo junto 2-3 minutos más.
Esta receta destaca por sencillez y sabor.
Se pueden congelar una vez cocinadas y aguantan perfectamente varios meses. Idóneas para un batch cooking.
Espero que os gusten 🙂